Friday, September 7, 2007

LAS TRIBULACIONES DE CALDERON

Con cariño y afecto para
Jorge Arturo Freyding y Juan Bañuelos Torres,
dondequiera que se encuentren

En su afán por legitimarse en la Presidencia de la República, aprovechando el viejo ritual de la liturgia política mexicana que es el 1º. de septiembre, Felipe Calderón ha magullado la herida abierta en millones de mexicanos, empecinado en dirigir un mensaje y en debatir con los representantes populares desde la más alta tribuna de la Nación, para después sentarse a escuchar la respuesta del Poder Legislativo, tan solemne como inútil. Para ello reta a la oposición de izquierda.

Para modificar la Constitución o de perdida la Ley Orgánica del Congreso General y hacer posibles sus deseos, Calderón movió cielo, mar y tierra; a sus cabilderos, correligionarios, aliados y medios favoritos. Como en los viejos tiempos. Como si nada hubiera pasado el 2 de julio del 2006.

Pero hoy los tiempos son diferentes. El fiel de la balanza, el PRI, no está para negociar la idea. Además acaba de recibir un estoconazo en Baja California del que aún no se repone. Y Beltrones, el poderoso senador, haciendo méritos para el 2012 con su Reforma del Estado. El PRD, por su parte, con todo y linchamiento mediático de AMLO, dividido como siempre y más empeñado en defender los principios que los votos, lo que sus adversarios consideran un “suicidio político” por aquello de la izquierda “decente” y “moderna” vs. la izquierda “intransigente”.

Este juego de luces parece más bien una cortina de humo de lo verdaderamente importante: La alta corrupción de las dos administraciones panistas, utilizando las Aduanas para encubrir los oscuros negocios del ciudadano mexicano de origen chino Zhenli Ye Gon, mediante la importación a gran escala de efedrinas para la producción de drogas sintéticas; la corrupción en PEMEX que lo tiene en la quiebra técnica, comprometiendo el futuro del país; las movilizaciones magisteriales contra la Ley del ISSSTE; las muertas de Juárez, Atenco, Oaxaca, los derechos humanos, etc., que motivaron sendas visitas de la Comisión Civil Internacional de Observación de los Derechos Humanos, de la Secretaria General de Amnistía Internacional Irene Kahan y de Florentín Meléndez, Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Pero más delicado aún es la reunión de Calderón con George Bush Jr. para la promoción del ASPAN (Acuerdo para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, con dedicatoria para México por aquello de que primero la “seguridad” y luego la “prosperidad”, en ese orden) que implica, eso si, “un peligro para México”.

Ambos mandatarios acordaron el “Plan México”, que es un “Plan Colombia” para nuestro país negociado en secreto entre Bush y Calderón, que se inscribe en la tendencia hacia la militarización y la trasnacionalización de la “guerra a las drogas”, fabricada e impuesta por Estados Unidos en todo el continente, a la que se suma, ahora, como parte de un mismo paquete de tipo contrainsurgente, la “guerra al terrorismo”, que implica el reposicionamiento y legitimación del papel de las Fuerzas Armadas mexicanas entre la población, tal y como ocurrió en los 70’s en la “guerra sucia” en América Latina donde se reprimió a los líderes opositores y a los movimientos sociales.

A ello le siguen los planes del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas cuyo frustrado promotor resultó ser Vicente Fox), para enfrentar al Mercosur; el también frustrado hasta ahora Plan Puebla-Panamá que no han podido arrancar en México y en los países Centroamericanos por la férrea oposición autóctona, y por supuesto el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCN) puesto en marcha en 1994, que de nada ha servido a nuestra Nación, al contrario.
Dice Carlos Fazio que el ASPAN es el TLCN militarizado∗. “Fue diseñado por el gobierno de Washington y grandes corporaciones del complejo militar industrial para afianzar y profundizar el largo proceso de integración silenciosa y subordinada de México y Canadá a Estados Unidos. El objetivo estratégico es la construcción de Norteamérica como un solo espacio geográfico bajo el control de Washington. México y Canadá quedaron integrados de facto al llamado ‘perímetro de seguridad’ de Estados Unidos”.
El Plan México ya se está aplicando aquí, continúa Fazio. Su avanzada es la empresa Verint Technology Inc., subcontratada por el Departamento de Estado para que realice tareas de espionaje en territorio nacional. Se trata de un caso concreto de tercierización o mercenarización de la “guerra” a las drogas y el terrorismo.
En estos planes expansionistas no entran los derechos de los trabajadores migratorios y de sus familiares. A pesar de que necesiten de éstos, en los Estados Unidos vale más la ideología y el control estratégico de su Seguridad Nacional que la economía en pre-etapa de recesión. El tibio y omiso papel de la Cancillería lo dice todo.

Felipe Calderón debe entender que México no es un país que se gobierne con encuestas, por muy favorables que le sean. La real politik es algo mucho más serio.

Y a todo esto, ¿qué va a informar el “presidente del empleo”?

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